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En el contexto de la reforma barroca de la parroquia de los Santos Juanes de Valencia,
se construyen a comienzos del siglo XVIII unos pequeños locales comerciales bajo la
amplia terraza anexa al templo, aprovechando el desnivel del terreno a los pies de la falsa
fachada recayente a la plaza del Mercado. Las conocidas como covachuelas o covetes,
diecinueve pequeñas tiendas-taller construidas en dos fases, se convirtieron en puestos
fijos de un mercado ubicado en este espacio desde, al menos, la conquista cristiana de
la ciudad. El presente artículo pretende exponer las claves de la construcción de este
singular ejemplo de patrimonio artístico que, pese a formar parte de un bien de interés
cultural, no cuenta con estudios específicos que lo pongan en valor. |