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Los nuevos restos óseos del género Cuon determinados en varios yacimientos
arqueológicos del Pleistoceno superior de la zona central del Mediterráneo ibérico
prueban la existencia de diversas formas de interacción entre estos carnívoros y los
grupos humanos prehistóricos. Se pone de manifiesto, por un lado, la capacidad del
cuón para acumular los restos de sus presas (caza y/o carroñeo) durante fases de
competencia con los grupos humanos por la ocupación de las cavidades, como puede
ser el caso de los niveles basales de la Cova del Parpalló, y por otro, la existencia de
acciones antrópicas de predación y/o procesado sobre las carcasas de estos cánidos
(Cova Negra y Coves de Santa Maira).
La aparición de restos de cuón en contextos de diversa cronología parece
otorgar a este carnívoro un papel más relevante que el asignado hasta el momento,
sobre todo en comparación con otras especies como la hiena o el lobo. En relación a
las atribuciones taxonómicas de grandes cánidos realizadas en yacimientos
arqueológicos pleistocenos, parece necesario llevar a cabo una revisión de los
conjuntos que podría confirmar esta hipótesis.
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