La Tesis Doctoral pretende profundizar en las creencias de las mujeres embarazadas en relación a diversas prácticas obstétricas que pueden estar presentes en el parto, en torno a cinco modelos de atención diferenciados: naturalista, delegador, humanizado, intervencionista y desinformado. El objetivo es conocer sus actitudes ante sus futuros procesos de parto, así como el grado de información que manejan con respecto a las recomendaciones pautadas por los organismos oficiales de salud. Desde dicho encuadre, el modelo teórico de la investigación persigue conocer hasta qué punto los principios de la humanización obstétrica son ya un propósito real perseguido por las mujeres, es decir, si las creencias que muestran las embarazadas se encuentran en concordancia con lo pautado por la evidencia científica. Asimismo, busca relacionar las opiniones de las mujeres con el grado de apoyo que perciben por parte de los profesionales de la salud y con las emociones anticipadas ante su próximo parto. La validación empírica del modelo está basada en un estudio llevado a cabo con una muestra representativa de 298 mujeres embarazadas atendidas en los centros de salud de la ciudad de León y sus áreas periurbanas, mediante la administración de una encuesta de autoinforme construida para los propósitos de la investigación. El tratamiento estadístico de los datos combina técnicas de análisis factoriales, correlacionales, descriptivos, comparativos y predictivos, con el fin de comprobar la validez de los modelos de medida y estructural hipotetizados. Los resultados obtenidos sugieren que las embarazadas no han incorporado demasiada autonomía en su toma de decisiones ante la mayoría de las prácticas obstétricas estudiadas, de modo que tienden a delegar en los profesionales o a considerar como idóneas diversas técnicas intervencionistas. Todo ello es más coherente con un modelo medicalizado de atención al parto que con la perspectiva humanizadora defendida hoy en día por las autoridades sanitarias. La ausencia de relaciones entre el grado de apoyo percibido, las emociones anticipadas ante el parto y las creencias adoptadas por las embarazadas apunta a la necesidad de una profunda reflexión sobre la educación aportada desde los servicios de salud, con el fin de cambiar las formas de atención que puedan estar alterando los objetivos perseguidos en la humanización del parto.