Esta tesis se inscribe en la reflexión sobre las relaciones de la dimensión sexual humana con el desarrollo de la salud sexual, entendiendo esta como un proceso en el que influye lo biológico, se enraiza en lo psíquico y se matiza en lo social. De manera más específica se pretende conocer qué dimensiones facilitan o ponen en riesgo la salud sexual de las personas adolescentes, si estos factores afectan de forma diferente a chicos y chicas autoidentificados como heterosexuales y a personas con identidades situadas al margen del rígido modelo dimórfico, bien debido a una orientación que se aparta de la heterosexualidad hegemónica o una identidad de género que no se corresponde con el sexo asignado: gais, lesbianas, bisexuales y transexuales. Esta búsqueda de relaciones entre la dimensión sexual humana y el desarrollo de la salud sexual se traduce en el siguiente objetivo general de esta investigación, que se divide en dos: Conocer si la salud sexual está determinada por las identidades de género y las orientaciones del deseo sexual en adolescentes. Y, si lo está, descubrir e identificar los factores personales y del entorno social que facilitan la vivencia de una sexualidad saludable y cuáles suponen un riesgo para la salud sexual. La inquietud alrededor de estas cuestiones y el interés por mejorar las intervenciones alrededor de la salud sexual en adolescentes hace que se haya planteado desarrollar un diseño de investigación con metodología cualitativa, situando en un primer plano las posiciones y discursos de jóvenes y adolescentes, enfatizando los elementos subjetivos en cada una de las posiciones sociales ocupadas, siendo la entrevista semiestructurada en profundidad la técnica de investigación utilizada. La salud sexual es el concepto central sobre el que se va a estudiar su conformación y desarrollo en personas adolescentes. La necesidad de operativizar este concepto parte de las definiciones dadas por organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de Salud (OPS) para desarrollar un modelo conceptual para el estudio de la salud sexual, así como la adaptación, elaboración y validación del instrumento de toma de datos utilizado en esta investigación, tomando como base la valoración que del mismo han hecho personas expertas en la temática de estudio. El guion final de entrevista se aplicó a una muestra de 19 adolescentes, de 16 a 19 años, con identidades y orientaciones sexuales diversas. Los resultados indican que los factores que suponen un riesgo para la salud sexual de las personas adolescentes que han participado en este estudio, en el ámbito personal, están relacionados con la hegemonía de un modelo médico-preventivo de salud sexual, heteronormativo y genitalista, que asocia la sexualidad a las conductas sexuales, y con la prevalencia de las identidades genéricamente determinadas; respecto al ámbito social, esos factores se vinculan con un apoyo familiar fundamentalmente asociado a los riesgos, heteronormativo y homofóbico, con una falta de apoyo educativo e institucional, y con un entorno social sexista y con prejuicios hacia la diversidad sexual. Respecto a los factores facilitadores de la salud sexual, en el ámbito de lo personal, están asociados con el ejercicio de la reflexividad y la elaboración crítica de la propia identidad sexuada basada en su biografía, el autoconocimiento y el empoderamiento como sujetos autónomos, que permiten tomar una distancia crítica de los códigos y mandatos normativos; respecto a los factores sociales, los elementos facilitadores de la salud sexual se asocian con un apoyo familiar incondicional, abierto y respetuoso en temas de sexualidad humana, con unas relaciones de amistad donde puedan sentir aceptación de su identidad y con una posición crítica frente a los modelos sociales normativos alrededor de la sexualidad y el género. De deduce de ello que sólo las personas que han desarrollado procesos reflexivos, bien por circunstancias peculiares de su historia de vida o bien por la vivencia de la diferencia respecto a la norma, que han situado en algún momento de su desarrollo en un primer plano la construcción de su identidad singular, tienen posiciones equitativas respecto a la otredad y en las relaciones de pareja, mostrando habilidades de comunicación y de manejo de la presión del grupo, incluyendo más elementos de satisfacción en sus vivencias sexuales. La reflexividad y la capacidad de pensarse, más allá de los estereotipos establecidos socialmente sobre lo que significa ser hombre o mujer, se convierte en la propiedad clave que permite crear condiciones de posibilidad de salud sexual. El trabajo concluye que los procesos saludables alrededor de la sexualidad están asociados con el desarrollo responsable y consciente de una identidad que, tomando una distancia crítica de las normativas sociales establecidas, puede construir la propia subjetividad a través de un proceso dinámico, flexible, abierto y diverso, lo cual permite resignificar la realidad externa, tomando conciencia del lugar situado y reparar y reelaborar el camino trazado bajo las directrices androcéntricas y heterosexistas, poco facilitadoras de salud sexual. Cualquier política sanitaria que pretenda atender a la asunción de la responsabilidad sobre la salud sexual por parte de los sujetos ha de contemplar dos áreas de intervención que se reflejan en la propuesta de un modelo para promover las salud sexual: por un lado, crear espacios para escuchar y reflexionar, promoviendo el desarrollo de los procesos de subjetivación de las personas adolescentes, y por otro lado, atender al entorno social, desarrollando políticas que permitan visibilizar y tomar distancia crítica respecto a los mecanismos de trasmisión patriarcales y discriminatorios de la diversidad existente en el ámbito de las identidades sexuadas.

The aim of this thesis is to reflect upon the link between the sexual dimension of the human being and sexual health development, which we understand to be a process influenced by biology, rooted in one's psyche, and nuanced by society. Specifically, it was expected to discover what factors ease or put in risk teenager's sexual health, and whether these factors affect in different ways girls and boys who identify as heterosexual and those whose identities do not fit into the rigid dimorphic model, due either to a non-heterosexual orientation, or a gender identity that differs from the birth-assigned sex: gay, lesbian, bisexual and transexual people. The main aim of this research is therefore twofold, meaning: first, to discover if sexual health is determined by gender identity and sexual orientation in teenagers. And secondly, to find out and identify which personal and social factors may ease the living of a healthy sexuality and which might represent a risk to sexual health. With a concern for these issues and the interest in improving interventions around adolescents' sexual health, it has been conducted a research design based on qualitative methodology, which puts at the forefront teenegers’ postures and discourses, highlighting subjective elements in each one of the social positions. The research technique used was the in depth semi-structured interview. Sexual health and specifically its conformation in adolescents is the central concept that will be studied in this thesis. This concept is operationalized based on the definitions given by organizations such as the World Health Organization (WHO) and the Panamerican Health Organization (PAHO) in order to create a conceptual model for the study of sexual health and to adapt, elaborate and validate the data-taking instruments used in this research, based on expert judgment. The interview script was applied to a sample of 19 adolescents aged 16 to 19 years old, with diverse sexual identities and orientations. The results point out that the factors that might put at risk the participants' sexual health in the personal sphere are related to the hegemony of a medical-preventive model of sexual health, which is heteronormative and genital-centered and it associates sexuality and sexual behaviors, perpetuating gender determined identities. In the social sphere, the risks that put at stake the sexual health of adolescents are a heteronormative and homophobic family support, paired with a lack of educational and institutional support, and a social environment which is sexist and heavily prejudiced towards sexual diversity. Factors that may facilitate sexual health, in the personal sphere, are the use of reflexive thinking, and the critical elaboration of one's own sexual identity, based on self biography, self-knowledge and the empowering of the self as an autonomous subject. These allow a critical distance from the normative codes. Within social factors, those that might ease teenegers’ sexual health are an unconditional, open and respectful towards human sexuality family support, friendships that accept one's identity, and a critical position to normative sexual and gender social models. We deduce from all this that only people who have developed reflexive skills, either because of specific circumstances in their life stories, or their way of living their own differences, giving priority to building their identity, might have egalitarian positions regarding otherness and intimate partner relationships. They are skilled at communicating and handling peer pressure, and include more elements of satisfaction to their sexual experiences. Being able to reflect on themselves, and thus to think of themselves beyond socially established stereotypes about what it means to be a man or a woman, becomes the key trait that allows to create possibility conditions of sexual health. The research comes to the conclusion that healthy processes around sexuality are associated to a responsible and conscious development of one's own identity, which by being critical towards the established social norms, can construct a distinguished subjectivity by means of a dynamic, flexible, open and diverse process, which allows to give a new meaning to external reality, a sense of awareness and the ability to repair and re-forge the path that has been drawn under androcentric and hetero-sexist directions, which don't help teenegers’ sexual health. Whatever healthcare policy that aims to address the assumption of responsability for sexual health by subjects, needs to contemplate two main intervention areas that are reflected in the proposal for a model that promotes sexual health: on the one hand, the creation of spaces in which to reflect and listen, promoting the development of adolescents' processes of subjectivation, and on the other hand, the development of policies that give critical insight of the patriarchal and discriminative mechanisms of perpetuation of the existent diversity in the field of sexual identities.