|
El estatuto de la Teoría del Conocimiento dentro de la República, afortunadamente
un tanto anárquica. de la Filosofía ha sido cuestionado desde
su aparición en la segunda mitad del siglo XIX hasta hoy. Cuando el
hegelianismo la desterraba del saber filosófico, los neokantianos la reivindicaban
como area específica de análisis del alcance y límites del conocimiento
humano.
En el siglo XX el Círculo de Viena discutió el estatuto epistemológico
de la Teoría del Conocimiento (con una evidente huida hacia el campo
de la «meta»: metaepistemología de la epistemología), justamente porque
quería convertirla en el fundamento del fuego antimetafisico; pero una
vez fracasado el proyecto inquisitorial del Positivismo Lógico, se discutiran
los métodos y cometidos de la filosofía como tal y su estatuto frente al
conocimiento científico. se entenderá la filosofía como una elucidación
conceptual, un método de clarificación de nuestro esquema lingoistico de
comprensión de la realidad, una teoría la más general posible acarca de lo
que hay (ontología), etc..., pero en cualquier caso el estatuto epistemológico
de la propia Epistemología o Teoría del Conocimiento correrá la misma
suerte que la filosofía en general: si la filosofía se justifica de una forma
u otra, la Teoría del Conocimiento resulta incuestionable, entendida
como el planteamientofilosófico de los problemas relativos al conocimiento
humano, sea lo que sea lo que el término «filosófico» quiera decir.
¿Que sea la filosofía? es una cuestión que ha llenado muchas páginas
en la especulación de nuestro siglo hasta el punto de que Nelson Goodman
ha podido decir que ha substituido la Metafisica por la Metafilosofía,
pero cabría contestarle a Goodman que la Metafilosofía es de por si
un capítulo de la Metafísica.
Pero abordar el problema del estatuto de la Teoría del Conocimiento
desde la discusión metafilosófica de la filosofía misma seria un camino
largo y tortuoso, además de inapropiado. Hay otro camino bastante más
directo: se trata de seguir la dispersión del saber filosófico para ver como esta misma dispersión ha abocado, paradójicamente si se quiere, al planteamiento
de las cuestiones fundamentales que definen el cometido de las
Metafísicas y, dentro de ella, de la Teoría del Conocimiento. Veamos.
|