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En la UE la política de inmigración supone la negación misma del inmigrante, pues no
se acepta que venga aquí en otra calidad que la de trabajador. Debido a esta visión
instrumental del inmigrante, el modelo de gestión de la inmigración parece sólo orientado a
la lucha contra la inmigración ilegal. Se trata, por tanto, de un modelo policial de gestión de
la inmigración. En España se plantean especiales problemas de política migratoria debido
a la rapidez del proceso de nuestra transformación de país de emigración a país de destino,
junto a la ausencia de dispositivos adecuados para gestionar esta transformación. Los
principales problemas son la vinculación entre delincuencia e inmigración , y el de la
estigmatización de la diferencia cultural que, frente a la integración pretende la asimilación.
Son necesarios nuevos principios que presidan la política de inmigración , entendida como
política global e integrada en el marco de una democracia plural e inclusiva.
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